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El diseño como profesión

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El diseño como profesión

  • Mucho se ha hablado acerca del diseño, un boom democratizador se ha cernido desde hace relativamente pocos años en torno al mismo. Con la irrupción de los dispositivos de Apple en el mercado, aplicaciones como “PINTEREST”, tiendas de diseño asequible como “TIGER”, blogs especializados, series de “NETFLIX”, los supermercados de diseño que son  las tiendas “IKEA”, etc. El tema del diseño se ha vuelto un tema de masas que mueve miles de millones de dólares por año; todo esto empujado por una nueva generación que empieza a repercutir en el codiciado movimiento económico del mundo, los millenials.
    Hasta hace algún tiempo la apreciación de: la proporción, la manufactura, las características de los materiales, la calidad del espacio, los efectos de la luz, la textura de una tela así como la documentación de su historia estuvo reservado a los estudiantes y profesionistas de las carreras afínes al diseño; si esos raros personajes que duermen poco, beben mucho café, que pasan hasta sus ratos de ocio leyendo revistas de diseño y que van en busca de la próxima tendencia -una palabra tan usada hoy en día pero que con su uso excesivo ha pasado a perder su valor real-.
    Con esto no quiero decir que no existiese aprecio alguno por el público en general, en lo absoluto. Los iniciados saben apreciar cuándo algo es sobresaliente por su calidad sin importar su campo de ocupación; el goce estético es un sentido inherente al ser humano y a la experiencia sensorial. Sin embargo solo el ejercicio profesional constante cargado con sus dosis de buen gusto y sofisticación pueden garantizar un diseño bien logrado.
    En la actualidad con la oleada de las nuevas tecnologías que han permeado nuestra existencia, cada vez es más fácil dejarse seducir por la idea de que todos somos diseñadores aún sin contar con la preparación más básica para ejecutar un diseño bien logrado. Lo podemos percibir caminando por una calle, es fácil distinguir las obras en cuya ejecución no intervino un profesional del diseño. De igual manera ocurre con las tarjetas de presentación que recibimos día a día o con las páginas que visitamos en internet. Por momentos podemos percibir que hay demasiados diseñadores para tan poco diseño como queda de manifiesto si observamos con más atención alrededor de nosotros.

    Sin lugar a dudas nunca será lo mismo un aficionado al “PINTEREST” que un profesional del diseño, tan es así que cabe la misma analogía entre un carnicero y un médico.  
    La importancia de permitir que nos asesoren profesionales del diseño en nuestras distintas necesidades radica principalmente en el resultado final esto se da por el seguimiento al proceso; un proceso que implica una búsqueda exhaustiva de materiales, soluciones, valoraciones y comparativas de productos, seguimiento a un proceso de ejecución que nos lleve a un resultado final satisfactorio como usuarios finales y clientes que al invertir esperan un rendimiento tangible por su inversión.

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